3 Meses de Operación Militar Especial: Rusia Resistió, pero..

Ya han pasado casi tres meses desde que Rusia lanzó la operación militar especial en Ucrania, por lo que ha llegado el momento de sacar algunas conclusiones. Con tal de comprender este problema, es necesario consultar la opinión de alguien que sea experto en la estrategia militar y nos explique aspectos que van mucho más allá del campo de batalla. Por otro lado, valdría la pena discutir algunos de los problemas políticos que esta lucha ha desencadenado.

- Profesor Dugin, ¿considera que Rusia estaba preparada para la operación militar especial? ¿Qué sucederá después de que obtengamos la Victoria?

Creo que Rusia estaba preparada para lanzar la operación militar especial en todos los sentidos. De hecho, una de las cosas que más me sorprendió fue la forma en que el pueblo en general asumió el operativo. He estado viajando mucho últimamente por todo el país y he hablado con el pueblo llano, lo que he conseguido superar la propaganda: la gente de a pie comprende mucho mejor el objetivo y la necesidad de la operación militar especial que la élite rusa. El pueblo ruso está convencido de que Occidente es nuestro enemigo y resulta muy difícil hacerlo cambiar de opinión. Lo que ha sucedido con las sanciones solo ha reforzado esta idea, pues la gente comprende que nuestra lucha es antes que nada contra la civilización occidental. Es por eso que la gente dice que Ucrania se ha convertido en un títere controlado por Occidente desde el 2014 y que eso explica la creciente rusofobia ucraniana, su constante deseo de adhesión a la OTAN y la brutalidad con que los paramilitares de Azov atacan el Donbass. Todo esto legitima la operación militare especial a los ojos del pueblo ruso. Las autoridades solo tienen que seguir el discurso que Putin dio el 9 de mayo durante el Día de la Victoria: estamos en guerra con Occidente. Eso es todo. El pueblo ha escuchado el llamado de la operación militar especial y responde a él preparándose para librar una guerra abierta con Occidente: los rusos están dispuestos a pagar cualquier precio con tal de obtener la victoria.

Nuestro sistema político ruso también estaba preparado para esto y todos acatan y obedecen las órdenes del Estado: cualquier disidencia interna y ataque contra el sistema, proveniente de cualquier partido, ministerio o región, es considera como traición. El poder ha superado su primera prueba, demostrando abiertamente su propia superioridad.

Los medios de comunicación rusos, con todos sus defectos y reservas, también han adoptado una actitud patriótica, revisando gran parte de su contenido. Nadie se atreve a cuestionar la situación, a excepción de algunos líderes de opinión que han quedado aislados. La propaganda occidental también ha sido descartada, aunque sigue siendo transmitida en nuestra sociedad sin conseguir ninguna influencia como no podía ser de otra manera. Occidente nos ha declarado la guerra en todos los frentes y ha logrado controlar el campo propagandístico, pero Rusia consiguió resistir su embestida.

Por otro lado, las fuerzas y estructuras de seguridad como la FSB, con todos sus problemas psicológicos, han conseguido mantenerse alerta. Muchos de sus miembros ahora son conscientes de que “nuestros socios occidentales” y sus agentes de influencia en Rusia no son más que los mismos “enemigos liberales” de siempre. En el momento en que las cosas comenzaron a ser llamadas por su nombre, el FSB y los servicios de inteligencia empezaron a perseguir a todos los agentes extranjeros, espías occidentales y liberales que se encontraban en nuestro país: una vez que las cosas son nombradas por su nombre y el enemigo es identificado, nuestros “chekistas” saben muy bien qué hacer con ellos. Después de todo, los servicios como la MKB y la Rosgvardiya no tienen ningún vinculo político y hacen un excelente trabajo.

La economía tampoco se ha visto gravemente afectada por las sanciones durante estos tres meses y eso a pesar de la enorme presión que han ejercido sobre nosotros con la intención de destruirnos. Siempre he sido un acérrimo crítico del capitalismo y de la economía política de nuestro gobierno, pero admito que ha sido capaz de soportar de forma bastante exitosa y en circunstancias muy adversas los ataques contra Rusia. Todo esto podría haber sido peor y no podemos asegurar que se mantenga tal equilibrio en el futuro cercano: nuestro aislamiento del sistema económico mundial, al que desgraciadamente nos apresuramos a incorporarnos (en detrimento de nuestra propia economía y desarrollo), sin duda nos causará daños, pero la economía rusa ha soportado los golpes que recibimos durante estos tres meses. Tampoco creo que el problema radique en el tipo del cambio del rublo sino más bien en la forma en que hemos sido capaces de resistir la presión externa en medio de la operación militar especial.

Claro, todo esto se puede ver de una forma muy diferente y sin duda las deficiencias y excesos individuales resultan escandalosos y evidentes, pero una vez que todo se hace claro vemos las cosas bajo otro aspecto, pues la política interna de Rusia demostró estar preparada para la operación militar especial y la guerra contra Occidente. De todos modos, resulta aterrador pensar en qué hubiera pasado si nuestro país no hubiera estado preparado para ello, solo plantear tal pregunta causa mucho miedo. Por ahora, esta es la situación y resulta difícil saber hasta cuándo podremos sostenerla.

La segunda pregunta que me hace no resulta menos importante. Pienso que durante estos tres meses la política interna de Rusia ha soportado la prueba que se le ha impuesto y no creo que sea necesario cambiar nada por ahora. Mientras seamos capaces de soportar la presión, todo estará bien. Pero en caso de que no podamos, tendremos que cambiarlo todo. Resulta muy difícil evaluar las consecuencias que ha tenido la operación militar especial durante estos tres meses, especialmente porque no acabará pronto. Sin embargo, el gobierno se preparó para ella en secreto y sabían que no obtendríamos una victoria rápida: los preparativos han funcionado y eso esta bien. La siguiente etapa es más complicada y es necesario prepararla desde ya.

Considero que la siguiente etapa de nuestra lucha marcará nuestro destino: es necesario que Rusia asuma una idea determinada de que desea ser. El hecho de que toda ideología estuviera prohibida por la constitución ha hecho posible que el sistema político sea estable ahora y todo permanezca tranquilo. Los partidos políticos y grandes figuras públicas han hecho lo que las autoridades les han pedido, pero nosotros no necesitamos de partidos, sino de un Estado que asuma la misión histórica de nuestro pueblo, lo que hará que todo adquiera un carácter mucho más orgánico. El pueblo entiende las causas y los objetivos de la operación militar especial, peno no lo demás. Incluso “muchos” de los que lo entienden ignoran por completo lo que se debe hacer después. Es por eso que ha llegado el momento de que las autoridades asuman la misión que el pueblo ruso debe encarnar y eso presupone formular una Idea clara de lo que somos: el Estado debe formular esta Idea y el pueblo la encarnará. Esta Idea solo puede tener un carácter ruso, incluso eurasiático e imperial que tome en cuenta las diversas culturas y pueblos que habitan nuestro continente. Solo así sabremos cómo debemos vivir y por qué. Por supuesto, tal Idea ya existe y lo único que hace falta es expresarla: el Estado y el pueblo deben jurar lealtad a ella, pues son la encarnación de la misma.

La Idea rusa parte de una superioridad de lo espiritual sobre lo material, especialmente en su defensa de la Ortodoxia y la Iglesia porque precisamente el Espíritu nos lo indica. Los rusos hemos siempre sido devotos del Espíritu a lo largo de toda nuestra historia y amamos el cuerpo y la materia porque deseamos que estos se conviertan en algo espiritual. El egoísmo y el afán por obtener riquezas nos son indiferentes: solo la palabra de Dios es nuestro verdadero tesoro y es Dios la fuente de nuestra riqueza porque toda gran victoria proviene del Cielo.

Debemos movilizar al pueblo y con esto no me refiero a reclutar soldados para que luchen en el frente, sino a un cambio profundo en la sociedad que abarque la totalidad de la misma. Por eso no es bueno hacerse ilusiones: las personas que viven en las partes prorrusas de Ucrania saben que este conflicto no es algo lejano y ajeno, ya que las tierras rusas están siendo atacadas en estos momentos y jamás nos permitirán vivir en paz. Es por eso que todos debemos unirnos a la confrontación. Las autoridades todavía le temen al despertar del pueblo ruso y no comprenden que allí radica nuestra victoria: la operación militar especial debe convertirse en una guerra popular contra Occidente, pero no contra Ucrania.

El hecho de que asumamos una ideología particular implica que existen dos civilizaciones – Occidente y nosotros – que ahora libran una guerra a muerte. Es necesario que formulemos cuales son los valores que defienden ambas: Occidente tiene una ideología basada en el liberalismo totalitario y quiere imponer políticas de género, el LGBT+, la teoría crítica de la raza, el individualismo, la Inteligencia Artificial, y… la rusofobia, pues considera que la civilización rusa es una amenaza. Como rechazamos semejantes ideas, entonces debemos formular claramente nuestros valores, que parten de una defensa de la Tradición, la cultura y la identidad. Es por eso que nuestra cultura y nuestra identidad deben asumir estos valores tradicionales basados en el espíritu, la moral de nuestro pueblo, la bondad, la justicia, la comunidad/solidaridad, la pureza y el amor.

No se trata de una propuesta sino de un ultimátum: el ultimátum de nuestra Victoria. El gobierno debe expresar cual es nuestra ideología de la Victoria, ya que estamos en una etapa crucial y el tiempo se nos acaba. Las preparaciones técnicas y operativas de la operación militar especial fueron un éxito, aunque no hemos sido capaces de declarar abiertamente nuestras ideas. Al corto plazo podremos resistir, pero a la larga nunca ganaremos la guerra si no contamos con una ideología propia, por lo que simplemente estaremos condenados al fracaso. Todos hemos notado como nuestros enemigos se resisten de forma desesperada a nuestro avanza por medio de una ideología hostil, falsa, extremista, rusofóbica, criminal y terrorista, pero, al fin y al cabo, ellos tienen una ideología. La realidad es decidida por las Ideas. Hemos conseguido resistir a un nivel político, pero la Idea rusa necesita alas y ha llegado el momento de que se las demos.