EL DON DE LA PLAGA (FILOSOFÍA PANDÉMICA Y EXISTENCIAL)

En una epidemia tiene lugar un proceso existencial muy profundo. El Dasein se caracteriza por el ser-para-la-muerte. Cuando existe sin autenticidad, lo olvida con cuidado, de ahí la absolutización del status quo en el filisteo Lebenswelt (mundo de la vida). El globalismo y el liberalismo explotan esto (como lo hacen, por tanto, otras ideologías de la Nueva Era), obligando a las personas a existir de manera inapropiada. Así constituyen el das Man.

Cuando llega una pandemia (peste, epidemia, emergencia), das Man se derrumba, ya que deja de ser regulado, depurado, familiar. El abismo se abre cerca. Entonces el Dasein vuelve a sí mismo. Al hombre le gustaría refugiarse en el das Man, pero no puede. Por lo tanto, la naturaleza de la existencia se revela como ser-para-la-muerte. El Das Man solo le queda una cosa: correr precipitadamente: por trigo sarraceno (alforfón), cereales, harina, una máscara, papel, en busca de una zona segura, de los mensajeros de Kommunarki (1), los médicos y los organismos encargados de hacer cumplir la ley. Esto es miedo (Furcht). Solo el horror es más fuerte que él. El horror es cuando el Dasein se vuelve para enfrentar la muerte. Este es el comienzo de la filosofía.

Ya ahora está claro que la pandemia arrasó con el liberalismo (la globalización). El Das Man es dispersado, en su lugar salen realidades más rígidas. Quedan algunas risas más, pero no queda mucho tiempo. Algo verdaderamente siniestro y peligroso aparece en el horizonte: el amanecer del ser (que había sido olvidado). El ejemplo de Occidente, que ha caído muy profundamente en la pandemia y una emergencia más grave que nosotros, muestra la rapidez con la que las quimeras liberales desaparecen, incluso donde estaban más enraizadas. Macron lanzó sus tropas e instauro la dictadura. Todos los países Schengen están cerrados. Boris Johnson advirtió a los británicos sobre la inminente extinción. Trump declaró el estado de emergencia y prohibió todos los vuelos internacionales. Israel recurrió al Muro de las Lamentaciones. Y ahora no hay más mundo. Hay pueblos y sociedades confrontados con la muerte. El Dasein en su forma más pura. Varios Daseins, respondiendo de manera diferente a un desafío común.

Pensé que la resistencia liberal sería mucho más terca. Parece que se rindieron sin luchar. El sistema capitalista mundial colapsó de la noche a la mañana. Todavía no hemos entendido esto. Pero pronto lo entenderemos. Y esto significa que el mundo de la globalización liberal se ha derrumbado: el mundo de los oficinistas y blogueros de belleza, personas transgénero y activistas climáticos, activistas de derechos humanos y hipsters, migrantes y feministas. Nuevos actores salen a la luz y la reflexión del Dasein está dentro de ellos.

En este momento está claro lo que Heidegger tenía en mente y, en particular, sus lectores e intérpretes franceses: La Plaga de Camus o Sartre. Un hombre frente a la muerte está solo y sin esperanza. La forma en que enfrenta la muerte, cómo la ve y cómo descifra su punto de vista (al mismo tiempo) y depende de cómo será la sociedad, el Estado y la ideología después de la plaga. Todas las demás relaciones y estructuras se construyen sobre la base de la relación del hombre y la muerte. Esta es precisamente la base, y el resto es un complemento. Esto es obvio en la guerra, pero su claridad (extremadamente cristalina para Nietzsche o E. Jünger) puede estar sombreada por ideales patrióticos abstractos o las órdenes seguidas de manera mecánica.

Entre el hombre y la muerte está la Patria, el deber y la disciplina. Y en una situación epidémica, nada se interpone entre ellos. Se encuentran directamente. En esto está la dimensión profunda – divina – de la plaga.

En la óptica ortodoxa, el horizonte del Apocalipsis debería agregarse a todo esto. Las úlceras brotan de las ampollas de un ángel cuando la humanidad está menos dispuesta a mirar al cielo. Los ríos negros y las murallas de carne podrida y reventado nos recuerdan la perdida de la verticalidad. Es dura la pedagogía de los últimos tiempos. Nadie lo entendió, todos esperaban que de alguna manera todo pasara, se reían, y querían un nuevo final… Y un nuevo sello. El Das Man es un simulacro, un ídolo. Ahora se está cayendo. Obviamente, tan pronto como la humanidad pueda hacer frente (si puede hacerlo), intentará construir uno nuevo. Y entonces llegará el momento de la próxima impresión. Y una nueva úlcera.

Una pandemia es principalmente un fenómeno filosófico. El objetivo más elevado no es la supervivencia, sino la comprensión y el cambio, un cambio de orientación metafísica profunda. Cambio de régimen filosófico y existencial. Este es el don filosófico de la plaga.

Traducción de Juan Gabriel Caro Rivera


Notas del traductor:

Hospital importante de Moscú donde se trata a los enfermos del coronavirus.