La Unión de Krewo

El 14 de agosto de 1385 los líderes de los reinos de Polonia y Lituania se reunieron en el castillo de Krewo, que se encuentra en la actual Bielorrusia, con tal de firmar un tratado que tuvo un gran impacto histórico y que unió ambos reinos. La alianza entre estos dos reinos vecinos, que eran muy influyentes en aquella época, fue sellada con el matrimonio entre la reina Eduvigesde Polonia, la última de la dinastía Piastas, con el duque pagano de la casa Jagellón de Lituania. Sin duda, sus contemporáneos consideraron que esta era una muy buena decisión geopolítica, ya que permitía que estos dos reinos, que en ese entonces eran rivales, pudieran oponerse juntos en contra de la Orden Teutónica, cuya sede se encontraba en el Báltico. Con esta alianza Lituania reforzaba sus fronteras en el Este, que se encontraban bajo dominio de los mongoles y los príncipes rusos, vasallos de los primeros.
Uno de los requisitos de la alianza era la conversión de los lituanos al catolicismo y ese fue el principal problema. Solo la aristocracia del Gran Ducado de Lituania era pagana, mientras que gran parte de la población campesina estaba compuesta por eslavos orientales de religión ortodoxa de la cual surgieron dos comunidades: los ucranianos y los bielorrusos. En su momento, todos ellos formaban un único linaje junto con los rusos, por ejemplo, los bielorrusos habitaban tanto al Este como al Norte de la antigua Rusia. Los lituanos paganos se entendían muy fácilmente con los creyentes ortodoxos rusos y no limitaban la libertad religiosa de estos últimos. Además, algunos de los príncipes lituanos llegaron a convertirse a la ortodoxia, mientras que el proceso inverso, es decir, la conversión de la ortodoxia al paganismo, nunca sucedió ni entre la aristocracia o la plebe.
Por lo que gran parte de la población ortodoxa occidental era muy leal a Lituania y la consideraban como parte de la Rus, al menos hasta que aconteció la Unión de Krewo. La razón de esta lealtad se debía a que la población rusa y ortodoxa lituana, incluyendo la élite de los príncipes y los boyardos rusos occidentales, estaba muy integrada en este reino. Los actuales bielorrusos, y en parte los ucranianos, eran el núcleo étnico de Lituania.
La Unión del Krewo altero esta estructura étnica, cultural y religiosa, ya que Polonia se aferró al catolicismo y porque su población mayoritaria eran eslavos occidentales y no eslavos orientales. El modelo aristocrático polaco era muy similar a la Europa feudal y difería muchísimo del que existía en la sociedad rusa, compuesto en su mayoría por comunidades campesinas y el zemstvo.
Además, el catolicismo, que odiaba a la ortodoxia, jugó un papel muy importante. El tolerante paganismo lituano fue abolido rápidamente y los sacerdotes polacos intentaron imponer en todas partes el catolicismo, lo que llevó a la opresión de los cristianos ortodoxos, las conversiones forzadas y un intento sistemático de destruir las tradiciones religiosas y socioculturales rusas.
El reino de Lituania dejó de ser conocido como la Rus lituana y gradualmente terminó por transformarse en una provincia oriental de Polonia tras la Unión de Krewo. Y aunque la dinastía jagellónica siguió siendo muy importante, su origen lituano no influyó en la política que siguió Polonia.
Tal giro llevó a que los rusos cambiaran su punto de vista con respecto a Lituania, pues este reino dejó de ser considerado como un representar del pueblo ruso y un rival occidental de Moscovia a ser un enemigo. Los rusos comenzaron a verlo como una autoridad extranjera, ya que dejaron de ser libres y fueron reducidos a esclavos y personas de segunda clase.
No obstante, esta imagen fue formada muy posteriormente y se consolido únicamente con la Unión de Lublin, es decir, en 1569 cuando Lituania y Polonia finalmente unieron los dos reinos en uno solo y con ello fundaron la Mancomunidad de las Dos Naciones. Hasta que esto sucedió, podemos decir que Lituania había intentado defender su independencia y autonomía de Polonia recurriendo en algunas ocasiones a la influencia de Moscú. Teóricamente, antes de la Unión de Lublin Lituania aún podía volver a ser la Rus lituana. Sin embargo, esto no sucedió, pues con la Unión de Krewo la Polonia católica comenzó a absorber a Lituania hasta que por fin terminó por dominarla. Posteriormente, Polonia desapareció debido a la expansión de los germanos desde el Occidente y los rusos desde el Oriente.
No obstante, la Lituania de hoy ya no tiene nada que ver con el enorme, poderoso y prometedor reino que existía en el pasado y que podía haber forjado su propio destino: el Gran Ducado de Lituania anterior a la Unión de Krewo.
Traducción de Juan Gabriel Caro Rivera