EL PUEBLO RUSO COMO SUJETO DEL PENSAMIENTO (Dugin Guideline)

Traducción de Juan Gabriel Caro Rivera

Hemos llegado al punto donde no seremos capaces de avanzar hacia el futuro sin una ideología concreta para nosotros los rusos. Todas las posibilidades ofrecidas por las distintas tecnologías políticas y todas sus diversas imitaciones y simulacros han sido probadas o han terminado por agotarse. Por supuesto, tal acontecimiento puede pasar desapercibido, pero entre más tardemos en darnos cuenta de ello, peor será nuestro futuro. Estamos siendo atacados por la ideología del liberalismo y frente a este ataque simplemente respondemos de forma situacional, refiriéndonos a los intereses y a la inercia histórica que cargamos. Gramsci llamó a esta condición política cesarismo. Se denomina cesarismo al hecho de que un país opone un régimen parcialmente abierto a una hegemonía ideológica global – en nuestro caso, se trataría de la versión liberal del capitalismo global -, este régimen se dedica únicamente a posponer la entrega de la soberanía y a mantener, por el mayor tiempo posible, el poder y los privilegios de la élite gobernante. El cesarismo no requiere de una ideología y en su lugar utiliza la propaganda como un medio de sustento momentáneo. Y, precisamente, esa es la razón por la que el cesarismo siempre está condenado a perder: después de todo, enfrenta a una ideología y solo se puede resistir contra una ideología apoyándose en otra ideología. Los límites de nuestro cesarismo se han ido agotando rápidamente. Estamos a punto de pasar a la fase de la ideocracia.

Ya lo hemos dicho muchas veces, y todos intuitivamente lo hemos asumimos, que hoy, en la lucha contra el liberalismo y la globalización, Rusia no puede confiar ni en el comunismo ni en el fascismo. Esto significa que nuestra ideología debe ser algo diferente: como hemos dicho muchas veces, solo puede ser la Cuarta Teoría Política. Cada una de las ideologías clásicas de la Modernidad posee su propio sujeto. Los liberales tienen al individuo, los comunistas tienen a la clase y los fascistas tienen a la nación o a la raza. ¿Y cuál es el sujeto de la Cuarta Teoría Política? Existen dos respuestas que podemos dar a esta pregunta fundamental (esta pregunta posee para nosotros un significado absoluto): una compleja y otra simple.

La primera está dirigida a los filósofos e intelectuales. La segunda es para todos los demás. Desde un punto de vista filosófico, el sujeto de la Cuarta Teoría Política es el ser humano, la presencia pensante que Martin Heidegger denomina el Dasein. Para para el lenguaje cotidiano común y corriente, el sujeto de la Cuarta Teoría Política es el pueblo. La primera respuesta es verdadera y muy profunda, pero es muy difícil de entender. La segunda respuesta es, a primera vista, comprensible e incluso transparente por sí misma, pero debido a la vaguedad que tiene un concepto como el de “pueblo”, semejante respuesta puede estar sometida a interpretaciones arbitrarias e incorrectas. Por lo tanto, ambas respuestas deben combinarse en algo más: el sujeto de la Cuarta Teoría Política es el pueblo como algo existente, una unidad de pensamiento existencial.

El pueblo es algo muy diferente a lo que llamamos la nación, la población, la masa o la sociedad. El pueblo es una realidad mucho más profunda. Es un concepto histórico, lo que significa que remite tanto al pasado como al futuro. Los muertos hacen parte del pueblo, al igual que los bebés que están por nacer. El pueblo existe por siglos y tiene una vida bastante larga. El pueblo también cambia del mismo modo en que una persona cambia mientras envejece, pero permanece siendo la misma y no se transforma por completo. El pueblo no solo hace su propia historia, sino que al hacer su historia también se crea a sí mismo. El pueblo no es un grupo étnico. Puede incluir a varios grupos étnicos. Y tan pronto como ellos reconocen raíces y objetivos comunes, terminan por unirse y se convierten en un solo pueblo.

Hay que distinguir al pueblo de la nación. Y es un error muy grave el hablar acerca de una nación rusa. La nación es un concepto político. Se basa en una ciudadanía individualista. La nación rusa es simplemente la suma de los ciudadanos que tienen un pasaporte de la Federación de Rusia. Es una suma de entidades meramente legales que componía a los “queridos rusos” de los que hablaba Yeltsin. El pueblo, a diferencia de la nación, es un fenómeno histórico, orgánico y que se encuentra vivo. Es inconcebible sin un espíritu, sin un Logos, sin una religión. Su identidad ha superado toda definición aplicable a las entidades legales primitivas. El pueblo existe también por fuera del Estado. Lo contrario también es cierto: el Estado que es la sumatoria de todos los pasaportes rusos muy fácilmente puede estar lleno de individuos que no pertenecen al pueblo ruso. Esto sucede en la medida en que estos individuos no se solidarizan con su historia, con su destino y se niegan a considerarse como parte de ese Todo orgánico que compone a Rusia. Por desgracia, existen bastantes individuos de esta clase al interior de nuestra sociedad. Son los “queridos rusos” de Yeltsin, que en realidad no son rusos. Podemos deshacernos de los ciudadanos, pero no del pueblo.

En los tiempos actuales no debemos considerar al pueblo como un simple fenómeno. El pueblo ha sido reemplazado por los individuos, las clases o las naciones. A diferencia del individuo, el pueblo existe como un todo orgánico. Aristóteles lo ha dicho: “El todo es mayor que la suma de sus partes”. Esto es absolutamente cierto cuando es aplicado al pueblo: si no somos capaces de unir a todo el pueblo ruso, seremos incapaces de conseguir algo. El pueblo ruso es un todo, es un ser espiritual que a veces resulta ser muy esquivo, pero es lo más importante de todo. Tiene un alma y una luz interior. Uno puede convertirse en parte del pueblo ruso o puede dejar de serlo. Solo es necesario apagar la luz al interior de nuestra alma rusa para hacer eso. Las clases dividieron al pueblo entre ricos y pobres, oponiéndolas por completo entre ellas. Las naciones crearon una masa legal artificial basada en una ciudadanía individualista y formada por intereses egoístas. Sólo el Pueblo es un concepto espiritual, y para formar parte del pueblo, no basta con nacer ruso, hay que volverse ruso, hay que ser ruso. Es decir, es necesario abrirse al Dasein ruso, al ser-ahí ruso.

Saludos a todos, estás viendo Dugin Guideline sobre el pueblo como sujeto de la Cuarta Teoría Política.