La Cuarta Teoría Política de Alexander Dugin

Hace unos días estuvimos conversando con el Profesor Dugin, y comenzaron a solicitarnos que publicásemos una reseña sobre el libro La Cuarta Teoría Política, con motivo de comprenderla mejor a grandes rasgos, así que respondiendo a ese llamado, expondremos dicha reseña, fiel a la obra original, y esta vez, acompañada de un esquema general y algunas citas de interés. Seguimos en contacto con el Profesor Dugin, y quedamos en conversar nuevamente a futuro. Reitera su agradecimiento hacia quienes buscan contrarrestar la globalización dentro de Chile y Latinoamérica, buscando el camino más certero, reafirmando que son los pueblos que son los encargados de construir el futuro (no las oligarquías).

Esta es la traducción al español de la Editorial Nueva República (descargable en google).

La Cuarta Teoría Política ha sido propuesta por Dugin, dentro de un contexto histórico y geopolítico de globalización, occidentalización, capitalismo expansivo y liberalismo hegemónico llamado “Post-modernidad”, convocando a todos pueblos del mundo a la resistencia y el contraataque contra la imposición totalitaria de las fuerzas financieras del mercado, los monopolios y los medios comunicación masivos con su sociedad del espectáculo; promovidos desde el núcleo central de la unipolaridad global que es Estados Unidos.

Dugin dice que la Cuarta Teoría Política no es un dogma, es solo una propuesta incompleta contra la globalización, porque a cada pueblo, continente, movimiento subnacional, le incumbe encontrar la lucha por Ser -libertad auténtica-, o no Ser -someterse a la globalización-, según sea su realidad, su cultura, sus condiciones materiales reales. De hecho nos indica que incluso la 4TP, pudiera no llegar a Ser.

Dugin afirma que la historia de Rusia, se distingue por una lucha constante contra la expansión de Occidente, ya sea en una monarquía, en un socialismo bolchevique o en una democracia moderna. Dugin es anti-liberal, pero también anti-occidental; de ahí que nos diga que la occidentalización proviene desde el mundo antiguo, desde la Roma misma, desde el catolicismo, y sus políticas expansivas civilizatorias, discutiendo precisamente el axioma occidental que divide a “civilizados” de “bárbaros”. Dugin combate esta afirmación añeja, racista e inconsistente y busca destruirla citando o mencionando, a los más renombrados de la antropología y la sociología como Durkheim, Sorokin, Pitirim, Levi-Strauss, Mauss o Bateson, entre otros. La occidentalización se profundiza con la modernidad capitalista.

De aquí, que critique fuertemente la idea de los procesos monotónicos, esto es, la teoría obsoleta de plantear que todo avanza de manera similar en todos lados, cuando lo cierto es que, en cada latitud del mundo, en cada cultura, existen innumerables formas de cambio y transformación dentro de su propio espacio. Niega la supremacía del racionalismo eurocéntrico. El occidentalismo, con su racismo, su falsa superioridad, se concibe a sí mismo civilizador de un universo total.

También se adentra bastante en el trabajo de desarticular la noción de tiempo progresivo-optimista (como si la humanidad toda, necesariamente avanzara siempre hacia un fin mejor), ya que Dugin afirma que el futuro contiene el pasado, porque si no existiese pasado, no pensaríamos en él, o no seríamos producto del mismo. Por esto, es que los tiempos son múltiples, mientras tantos pueblos existan, tantos tiempos a su vez existen.

El Post-liberalismo actual, -que poco tiene que ver con el liberalismo político clásico francés, ya que resulta una evolución del liberalismo económico inglés, usando el darwinismo social de Spencer-, traza la sociedad zoológica, donde los más fuertes representados en los ricos occidentales, los magnates respetables y admirados, blancos por lo general y de “buenas costumbres civilizadas”, tienen derecho a dominar y controlar la sociedad según sea su antojo, incluso conspirando (Dugin cita los trabajos de Ayn Rand), contra los pobres, los campesinos, los “irracionales” incivilizados, los pueblos no occidentales. Esta teoría pro-occidental moderna propia del post-liberalismo o anarco-capitalismo (y que retoma en ciertos aspectos antropológicos, transforma y refuerza en gran parte el fascismo y el nazismo) debe ser combatida, erradicada.

Dugin dicta que después de la caída del muro de Berlín, con la globalización, la desaparición del mundo bipolar y el triunfo del unipolarismo atlantista, el liberalismo ha dejado de ser una mera alternativa ideológica, puesto que se ha impuesto como un hecho existencial, una realidad indiscutible, casi auto-percibida en la inmediatez durante toda la vida de la persona.

Este Post-liberalismo, intenta imponer su propio fin de la historia (citando a Fukuyama) donde se acaban sus competidores políticos, o quedan a lo más, reducidos a “Estados Parias”, como se refieren las potencias atlantistas a países como Venezuela, Irán o Corea del Norte que tratan de defenderse ante la hegemonía.

Dugin se esmera en buscar el inicio del liberalismo, su cuna, desde lo que históricamente se denomina modernidad, es decir; la caída del Antiguo Régimen y los sistemas tradicionales monárquicos en general, así como estudiar las ideologías modernas que intentaron enfrentar al liberalismo y destruirlo. Por lo consiguiente, dedica todo un capítulo al análisis de los conservadurismos (tradicionalismo, fundamentalismos, conservadurismos revolucionarios, liberales, conservadurismos de izquierda, etc.).

En este afán, Dugin sentencia que los competidores del liberalismo (el socialismo y el fascismo), fueron derrotados en Occidente, el liberalismo se introdujo en la izquierda occidental, minando el marxismo, y el neofascismo es una caricatura ridícula, una “imagen-sombra” vacía, y en ese hecho, desarrolla la Cuarta Teoría Política, cuyo sujeto sería el Dasein, o Ser auténtico, múltiple y nuevamente nos indica que existen tantos Dasein como pueblos hay, y esta teoría por ende, se opone radicalmente al occidentalismo global absoluto, que con expansión liberal-capitalista impone solo una existencia, -un infierno desértico y único, un manicomio del dinero y el individualismo- sobre todos los pueblos de la tierra. Por eso, los pueblos luchan por ser.

El libro por cierto también aborda las cuestiones de género, la necesidad de encontrar una teoría de género para la Cuarta Teoría Política, porque el género es un constructo independiente del sexo nos expone, criticando a su vez, las teorías posmodernas-liberales que existen en la materia y que dominan las academias. Podemos decir que este libro, es un interesante elemento para estar en el arsenal de todo disconforme con el sistema.