Dugin en Shanghái (III): Multipolaridad, Unipolaridad y Hegemonía

Tercera Conferencia impartida en el Instituto Chino de la Universidad Fudan, Shanghái, China, diciembre 2018

En la conferencia de hoy vamos a exponer muchos conceptos. El contenido de esta conferencia será muy complicado. Voy a presentar una aproximación nueva a las Relaciones Internacionales. La primera conferencia versó sobre las teorías clásicas y post-positivistas de las Relaciones Internacionales, y en la segunda conferencia expuse los principios básicos de la geopolítica. Ahora voy a tomar y usar los conceptos tanto de las Relaciones Internacionales como de la Geopolítica para explicar qué son la unipolaridad, la multipolaridad y la hegemonía.

Vamos a establecer algunos principios. Para entender la multipolaridad y la Teoría del Mundo Multipolar necesitamos entender primero qué es la unipolaridad. La unipolaridad fue la política concreta después de la caída de la Unión Soviética. A esto se le llamó el “momento unipolar”.

La multipolaridad es el concepto o la teoría que desafía la unipolaridad. Existe una especie de oposición o confrontación entre las visiones del mundo unipolar y multipolar. La unipolaridad está basada en algunos principios teóricos – geopolíticos, ideológicos, económicos – y lo mismo vale para la multipolaridad.

Pero la unipolaridad existe, mientras que la multipolaridad no existe aún – está en transición, pero no se ha logrado todavía. Estamos hablando de algo que es en la realidad, pero que está acabando, y de algo nuevo que no ha sucedido o no se ha realizado completamente. Estamos en la transición de la unipolaridad a la multipolaridad. Sabemos que es la unipolaridad, pero no sabemos todavía que será la multipolaridad. Es una pregunta abierta y muy apasionada. Es una perspectiva futurológica.

Existen muchas teorías de las Relaciones Internacionales. Una de las más famosas teorías es la del sistema del mundo bipolar propuesta por Kenneth Waltz, con su división en el campo capitalista y socialista, u Occidente y Oriente el cual, de acuerdo con Waltz, representa una clase de balance. En este sistema un polo limita al otro, pueden cooperar y en su diálogo, confrontación y oposición crean este sistema. El Tercer Mundo fue posible porque existía esta bipolaridad y era una especie de espacio entre los dos. Gracias al sistema bipolar todos los otros podían “existir al margen” de este sistema general mundial.

Pero cuando la Unión Soviética colapsó, la nueva idea de unipolaridad fue promovida por algunos realistas de las Relaciones Internacionales, el primero de todos fue Robert Gilpin. En lugar del sistema bipolar del más y el menos, de dos polos interactuando en oposición, por ejemplo en el cual Estados Unidos y Occidente representaban el más, y nosotros, el “Oriente”, el menos, Gilpin propuso un sistema o concepto diferente de las Relaciones Internacionales en el que existe un solo polo, el centro absoluto de todo, así que ya no existe un menos, solo un centro que se alza sobre todos. Robert Gilpin ganó su debate teórico con Waltz, porque Waltz supuso que la unipolaridad duraría para siempre, ya que era un sistema mundial más conservador y estable. Gilpin propuso la posibilidad de una situación unipolar.

La unipolaridad ganó terreno en los debates teóricos de las Relaciones Internacionales después del colapso de la Unión Soviética. Ese momento fue declarado como el “momento unipolar” por Charles Krauthammer. El “momento unipolar” significa la creación del concepto de un sistema unipolar en la realidad concreta con un polo y una periferia. Pero Krauthammer no estaba seguro si esto duraría para siempre o si terminaría dentro de poco. Entonces usó con mucha certeza el término “momento unipolar”. Después del fin de la Unión Soviética, fue confirmado el sistema unipolar, por ejemplo, en varios niveles, como el “Fin de la Historia” declarado por Fukuyama. No existía una confrontación entre polos o sistemas, solo existe un sistema: la democracia liberal capitalista con la sociedad de mercado, con Occidente reconocido por todos como el “líder del mundo”. Además, existe Occidente y el Resto. El Resto debe seguir a Occidente – esa es la esencia de la unipolaridad. Existe un único polo, un sistema, un sistema global – eso es la globalización. Así que la unipolaridad era comprender, en términos realistas, el mismo concepto de globalización, el Fin de la Historia o el momento unipolar.

Es muy interesante que el mismo Krauthammer declarara a principios del año 2000 que el momento unipolar quizás había terminado. Esto fue después del ataque del 11-S por terroristas islámicos al Centro Mundial de Comercio de Nueva York, y después del ascenso de Putin al poder. Entonces el momento unipolar ya no era más el orden mundial unipolar, algo había salido “mal” con la unipolaridad. En un estado “normal” algo como los ataques terroristas del 11-S no deberían haber ocurrido, porque ningún Estado podría atacar a los Estados Unidos, ninguna civilización, ningún sistema político, ninguna arma nuclear – no existía ningún poder simétrico o estructural paralelo a los Estados Unidos y al dominio de los Estados Unidos. En estos momentos Rusia se encontraba en una situación muy decadente con Yeltsin, estaba al borde del colapso después de la caída de la Unión Soviética. Pero Putin reafirmó a Rusia como país soberano. Esto fue un desafío al sistema unipolar. Por ejemplo, en el 2007 Putin dio su discurso de Múnich donde desafió la unipolaridad y la hegemonía Occidental. En 2008, a pesar del apoyo de Estados Unidos a Georgia, Rusia intervino en Osetia y Abjasia. En 2014, nos reunificamos con Crimea, e intervenimos en Siria. Paralelamente, se produjo el ascenso del modelo chino – como dice Zhang Weiwei – apareciendo un nuevo modelo hegemónico en el horizonte.

Esto significaba una especie de movimiento en contra de la unipolaridad. De todos modos, la unipolaridad prevalecía en el análisis mundial. La unipolaridad terminó, pero el momento unipolar continúa hasta ahora. Es claro para todos que algo anda mal con la unipolaridad, la unipolaridad es inestable y está en declive, pero aún está aquí, y no ha surgido ningún sistema político o internacional nuevo. Estamos viviendo el fin de la unipolaridad.

La unipolaridad incluye diferentes aspectos. Por ejemplo, podemos dividir la unipolaridad en diferentes grupos de conceptos – unipolaridad abierta o “explícita” y unipolaridad oculta, “secreta” o “implícita”.

La unipolaridad abierta (explícita) es el neoconservadurismo norteamericano y el Proyecto para un Nuevo Siglo Americano promovido por los neocones. Ellos piensan que el discurso neoliberal debe dominar el mundo, y que las naciones liberales deben prevalecer y dominar abiertamente a todas las demás. Estados Unidos debe dominar el mundo, siendo el ejemplo y dictando las normas para todos los países y culturas. Niall Campbell Ferguson, un experto inglés en las R.I., declaró que debemos usar la palabra Imperio para hablar de la unipolaridad: Occidente es un imperio moderno o postmoderno que debe dominar todo el planeta. Ferguson dice que no debemos dudar en usar la palabra “imperio”, la cual ha sido satanizada y criticada, pero nosotros vivimos en un imperio. La metrópolis, el centro de este imperio, es el mundo Occidental, el Norte Rico y existen otras “provincias” del “imperio” que deben ser dominadas desde el centro. Entonces podemos hablar de un imperio Occidental, postmoderno, global, liberal, capitalista y neocolonial en todas sus formas. Esta es la unipolaridad abierta y explícita de la que se habla en los debates de las R.I.

La visión del Pentágono se hace cristalina si echamos un vistazo al mapa estratégico del planeta. Vemos las bases militares norteamericanas en todas partes, excepto en Rusia y China. Es la manifestación concreta de la unipolaridad. Los Estados Unidos intentan controlar el Pacífico, Asia, Europa, África y el Mundo Árabe usando la OTAN. La visión del Pentágono es absolutamente unipolar. Los intereses nacionales norteamericanos y la seguridad norteamericana son considerados por el Pentágono como un valor universal. Desde su perspectiva, es tu deber, el de todos nosotros, defender los intereses norteamericanos. Todos los que desafían el dominio norteamericano son “terroristas” y son tratados como un peligro en la teoría o en la práctica. Cualquier hombre o país que no esté de acuerdo con esta perspectiva es un enemigo. Respecto a Europa, esta idea es traducida en el Atlantismo y la OTAN. La OTAN es el mundo europeo bajo el control de los Estados Unidos. Es una de las expresiones de la unipolaridad. La OTAN es una organización unipolar la cual controla el mundo para beneficiar a un solo polo. Esa es la unipolaridad explícita, manifiesta.

Existe otra unipolaridad, “oculta”, “secreta” o “implícita”, que es el globalismo, el multilateralismo y la llamada “no-unipolaridad” promovida por el jefe del Consejo de Relaciones Exteriores. Podemos llamarla simplemente como “globalización”. La globalización significa que todos los sistemas, sociedades, pueblos y países en el mundo aceptaran el camino Occidental de progreso, desarrollo, derechos humanos, democracia y liberalismo. Y cuando esto pase, no habrá ninguna diferencia entre los Estados Unidos, Rusia, China o África. Todos serán iguales. Pero, ¿en qué sentido? Todo mundo será norteamericano, Occidental y todos reconocerán las democracias liberales y los derechos humanos. Esta es una clase especial de globalismo. No es un diálogo entre países, culturas y civilizaciones. Por ejemplo, Rusia propone los valores rusos y China propone su identidad china. No debe existir ninguna identidad colectiva en este concepto de globalización. Todos serán iguales porque todos serán una estadística individual – sin cultura, sin religión, sin raíces étnicas. Esa es la idea de los “derechos humanos”, confundiendo ciudadano y hombre. Todo hombre es ciudadano. No existen países ni naciones, solo la “sociedad global” y la “sociedad civil global”. No es el unipolarismo abierto, porque los globalistas no dicen que Norteamérica dominara el mundo, sino que dicen “ustedes, los ciudadanos del mundo, dominarán el mundo en un gobierno global” en el cual todos “participaran”. Todos seremos iguales “si aceptan nuestro sistema de liberalismo, democracia, progresismo, derechos humanos, individualismo y nuestra cultura” – ya no sufrirán de un modo jerárquico. El “mundo de ciudadanos” o “cosmopolita” es un programa unipolar al nivel de los valores. La unipolaridad pura en un sentido especial, oculto.

El multilateralismo es la aplicación geopolítica del globalismo. El multilateralismo es una forma de la unipolaridad, pero consiste en la proposición de que Estados Unidos dominara el mundo “con”. Esta es una clase de responsabilidad compartida para dominar el mundo en conjunto con los Estados Unidos, siendo vasallos de los Estados Unidos. Habrá diferentes países que quieran hacer esto porque tendrán algunas preferencias especiales dentro del sistema-mundo global.

La estrategia unipolar incluye el Atlantismo, el Poder del Mar en términos geopolíticos y la doctrina del dominio de amplio espectro, la cual afirma que, para dominar completamente el mundo, Occidente no debe solo usar el poder duro o el poder militar, sino también el poder suave, cultural, tecnológico, las redes de información y los servicios sociales, controlando otras sociedades desde adentro, no solo desde afuera. Esa es la idea de un dominio de amplio espectro – dominio del aire, el cosmos, el espacio, el mar, la tierra y el interior del cerebro humano. Ese es el proyecto de controlar el comportamiento humano, la psicología, el ser y la mente humana, al codificarlos por diferentes metodologías.

Aquí está la perspectiva geopolítica de la unipolaridad de Estados Unidos como centro.

Este es también un mapa geopolítico clásico de cómo el Poder del Mar debe controlar el Poder de la Tierra. Desde los mares y océanos, el Poder del Mar – los Estados Unidos y el Occidente global – debe controlar el Poder de la Tierra. La idea es pelear por el Rimland, que es la zona entre el Poder de la Tierra y el Poder del Mar, la zona costera. Esta es la perspectiva clásica que sigue siendo el mapa básico del Pentágono. El Pentágono comprende el mundo más o menos con este mapa. China pertenece a la zona costera, al Rimland, así que no es considerada ni como un enemigo radical ni como un amigo, sino como una zona de control.

Aquí está la unipolaridad implícita, el multilateralismo, bastante diferente de la unipolaridad.

En el multilateralismo existe un poder principal, el hegemón global y dos satélites centrales – Europa y China. Europa está inscrita y encarna esta estructura latente, y en cuanto a China los globalistas han propuesto el proyecto G2. Hillary Clinton vino a Pekín para proponer esto al gobierno chino. Estas son más o menos las ideas de cómo será el mundo si prevalece el unipolarismo y el multilateralismo. En otros lugares solo habrá caos – no gobierno pro-estadounidenses, porque no necesitarán gobiernos pro-estadounidenses, los cuales son muy difíciles de manejar y ellos ya han destruido gobiernos pro-estadounidenses en Túnez y Egipto. Ya no importa que seas pro-estadounidense o anti-estadounidense, porque todos deberán seguir a los Estados Unidos o terminaras en un baño de sangre caótico. Y ya comenzaron este caos sangriento en África del Norte, promoviendo revoluciones culturales, apoyando toda clase de grupos terroristas para tener razones para intervenir. Al crear caos en esta región, la unipolaridad conservará su poder. Rusia tiene el mismo destino. Si leemos cuidadosamente el libro de Zbigniew Brzezinski, El gran tablero del mundo, dice que Rusia debe ser desintegrada y balcanizada, transformada por medio de conflictos entre distintos grupos étnicos y religiosos.

Existen dos partidos políticos en los Estados Unidos y un gobierno mundial – la unipolaridad explícita y la unipolaridad implícita. Existe la versión “suave” y el mapa previo es la versión “dura”. Estas son las palomas y los halcones.

La ideología unipolar entraña el universalismo de los valores Occidentales y la ideología de los Derechos Humanos con el concepto de humano vs. ciudadano. El concepto de humano dentro de la teoría de los Derechos Humanos va en contra del Estado Nación y en contra del concepto de ciudadano. Si dices que el ser humano tiene los mismos derechos que el ciudadano, destruyes el concepto de ciudadanía. La migración y la defensa de los inmigrantes no es algo puramente utilitario, sino ideológico. Es la idea de destruir el concepto de ciudadanía, nacionalidad y estado. Ese es uno de los principales objetivos del así llamado movimiento de los derechos humanos. Es algo puramente ideológico – tan ideológico como el Marxismo o el Nacional Socialismo. Es pura propaganda, nada humanitario. Si tu compartes los valores de los derechos humanos, estas del lado de los globalistas, compartes una ideología como el racismo en el Nacional Socialismo o el comunismo y el proletariado en la posición del Marxismo clásico. Los Derechos Humanos son ideología liberal. No son neutrales. No son auto-evidentes. Son puramente ideológicos, como lo era la pertenencia a la raza Aria o a la clase capitalista o proletaria. Si estás a favor de los Derechos Humanos, ya estás controlado por una ideología.

La deconstrucción del Estado Nación es el principal objetivo del liberalismo en las R.I. La globalización es el proceso técnico y económico, y el globalismo es la ideología de la unificación de la humanidad bajo un gobierno mundial. Son diferentes, pero no están en contradicción. Promoviendo la misma ideología y economía, al mismo tiempo estás preparando los antecedentes de la integración política – de la globalización al globalismo solo hay un paso. Son dos niveles del mismo proceso. Podemos promover la teoría de la necesidad del gobierno global para evitar la guerra y destrucción de la humanidad, o puedes ponerla en práctica sin esperar que todos la acepten. Así que el globalismo y la globalización son fuerzas diferentes, pero convergentes.

El Liberalismo en las Relaciones Internacionales es la base teórica para la ideología del multilateralismo, ya que es una ideología en sí misma. La idea de un gobierno global no es una obsesión de los teóricos de la conspiración. Es parte de los manuales clásicos de las Relaciones Internacionales. Si lees cuidadosamente cualquier manual de las R.I., descubrirás que el Liberalismo en las Relaciones Internacionales afirma la necesidad de un gobierno mundial, un sistema supranacional que reemplazará a los Estados en el futuro y progresará para asegurar la paz mundial. No se trata de una teoría conspirativa – es un concepto puramente teórico de las R.I. como disciplina.

La hegemonía tiene diferentes significados. Primero que todo, existe la dimensión estratégica. Esta palabra griega significa “liderazgo” – un hegemón es el portador de la fuerza o el poder. La hegemonía se puede entender tanto en el sistema unipolar como en el de Gilpin. Si usamos el término hegemonía en su forma singular, con un hegemón o un imperio, entonces hablamos de unipolaridad. En un sentido singular, hegemonía representa el concepto de polo dominante – el polo Occidental.

La hegemonía relativa es un concepto interesante de Mearschmeier, un especialista norteamericano en Relaciones Internacionales, quien intenta establecer una aproximación relativa a la hegemonía. De acuerdo con Mearschmeier, no existe una ley clara o abstracta de si debe existir uno o más hegemones. Es una pregunta abierta: consideremos la hegemonía como un fenómeno existente sin preguntar si debe haber uno, dos, tres o cuatro.

En el caso de la perspectiva globalista, la hegemonía adquiere una dimensión puramente ideológica. No se trata del liderazgo en el dominio militar y estratégico, sino en el ideológico y cultural, un dominio de los valores y los patrones culturales. Por lo tanto, estas bajo su hegemonía mientras sigas las reglas que no están establecidas para ti. Estas reglas son llamadas “universales” porque Occidente las impuso a todos los demás.

La perspectiva Neoconservadora es la misma que la unipolaridad – la hegemonía estratégica, abierta y explícita del Imperio Norteamericano. O la perspectiva de Trump de un Nuevo Orden Liberal que no está muy definida ni posee una conceptualización científica. Pero Trump dice “Hagamos a Norteamérica Grande de Nuevo”. Qué quiere decir – nadie lo sabe. Está en contra de la versión globalista, la cual crítica. Tampoco es un Neoconservador, porque fue criticado severamente por los neocones durante su campaña electoral. Esta es una hegemonía bastante “extraña”, la cual tal vez no sea hegemonía para nada. Trump usa algunos conceptos con un significado oscuro. Esto es importante, porque puede significar una especie de transición de un orden hegemónico a uno post-hegemónico.

La principal pregunta de la hegemonía es si existe una hegemonía o varias. Es la misma pregunta de si existe una civilización o varias civilizaciones. La “es” al final de la palabra cambia su significado – como si eres un amigo o un enemigo, blanco o negro, viejo o joven. Si existe una sola civilización, entonces solo puede existir una sola ideología, pero si existen varias civilizaciones, significa que pueden existir ideologías completamente diferentes, incluso opuestas al igual que visiones del mundo. Unas letras pueden crear dos visiones del mundo distinta, ya sea que reconozcamos una variedad de civilizaciones y hegemonías, o si consideramos que existe una única hegemonía o imperio.

En la mentalidad Occidental existe una jerarquía implícita cuando se habla de diferentes sociedades – ya se trata de la historia o de las Relaciones Internacionales. Existe una jerarquía en las Relaciones Internacionales en un sentido cultural también. Todos los tipos de sociedades están divididos en tres categorías (según Occidente): los Civilizados, que es Occidente, los Bárbaros, que son los Orientales, y los Salvajes, que es el Sur. La Civilización es un “orden bueno” y “perfecto”; la Barbarie es un orden no tan bueno y solo es semi o cuasi perfecto; mientras que el Salvajismo no tiene orden. Antes de acabar la Segunda Guerra Mundial, antes del racismo del Nacional Socialismo, Occidente usaba la metáfora del color de la piel para explicar la jerarquía. La Civilización era “blanca”, la Barbarie era “amarilla” y el Salvajismo era “negro”. Esa era la actitud racista normal. Pero después del final del Tercer Reich, resulta imposible continuar con la aproximación racista y todos se volvieron “internacionalistas”. El racismo explicito fue abolido y “olvidado”. Pero el sentido jerárquico es el mismo, solo que en otros términos. Por ejemplo, existe el Occidente desarrollado tecnológicamente con Derechos Humanos, liberalismo, individualismo y seguridad social. Es una ley que no puede ser cambiada. Existe una sociedad desarrollada que es la sociedad Occidental civilizada, existe un segundo mundo de los países del BRICS que intentan alcanzar a Occidente al poseer sus mismos estándares, pero aun “retrasados”, y un Tercer Mundo que no puede entrar en la Civilización. Incluso sin racismo biológico, tenemos los mismos conceptos racistas en esta distinción, porque solo existe una Civilización, un único ejemplo, una única norma – el Occidente. La corrupción, el totalitarismo y el autoritarismo están reservados para el Resto bajo Occidente o al “Occidente de segunda”, tal y como lo son Rusia y China. En la doctrina de Wallerstein existe un centro, el Norte Rico, la semi-periferia y la periferia. Nosotros tratamos con esta jerarquía en todas partes – hoy sin el “racismo” propiamente dicho, pero este racismo está encarnado en su actitud.

Si consideramos este concepto cuidadosamente, podemos deconstruir todos los discursos en las Relaciones Internacionales. El libro de John Hobson sobre la concepción eurocéntrica de las Relaciones Internacionales lo explica perfectamente.

La idea de que existen muchas hegemonías está basada sobre el hecho de que existen muchas civilizaciones, no sólo la Occidental. Otras civilizaciones no son bárbaras o salvajes, sino simplemente diferentes tipos. Si no estamos tratando con la barbarie o una “sub-civilización, Occidente pierde su universalidad, su significado normativo. Es una entre diferentes civilizaciones posibles. La jerarquía es destruida, deconstruida, porque ya no existe una medida común para decir que se es más o menos “desarrollado”. Si decides vivir en el bosque con los animales y sin dispositivos tecnológicos es tu elección o destino, tienes todo el derecho de hacerlo y no tenemos derecho a enseñarte cómo comportarte – es una actitud muy humanista.

Si aceptamos el hecho de que hay distintas civilizaciones, entonces todo este sistema, el sistema colonial Occidental de hegemonía y unipolaridad, explota inmediatamente, porque pierde su base en las Relaciones Internacionales – se produce la completa descolonización del mundo. No puede existir ninguna jerarquía entre las civilizaciones – todas las civilizaciones son iguales, no en el sentido de similares, sino que sus diferencias no pueden ser clasificadas en una jerarquía taxonómica. Tenemos que aceptarlas no solo existiendo en diferentes espacios, sino en diferentes tiempos, ontologías y antropologías. No podemos juzgar una civilización con los criterios de otra.

Por ejemplo, en su caso, los chinos pueden pensar que algunos ritos o derechos de las sociedades cristianas, liberales o de las tribus africanas son desagradables o inaceptables. Las despreciaran desde el punto de vista chino. Lo mismo para ellos: ellos pueden encontrarlos inaceptables desde su civilización o la nuestra. Pero no puedes decir que “tu estas mal, nosotros bien”. No existe un criterio único, universal. Eso significa una revolución epistemológica absoluta en contra del universalismo Occidental. Y demanda una de-colonización.

Antonio Gramsci usaba el término hegemonía en un sentido ideológico. ¿Cómo puede un marxista, supuestamente materialista y que explica todo en términos de relaciones económicas, llegará una comprensión ideológica de la hegemonía y el capitalismo como hegemonía? Gramsci propuso una perspectiva muy interesante que es muy importante para China. La economía es la base, mientras que la política está en la parte superior, según Marx, lo económico es esencial para la política, la cual es solo una expresión de la economía. Pero cuando Gramsci estudió la experiencia soviética y el leninismo, llegó a la conclusión de que en el Imperio Ruso no existía el proletariado. Nuestro país, Rusia, a comienzos del siglo XX, no estaba industrializado y no existía el proletariado. Entonces la revolución desde el punto de vista marxista era imposible. Marx y Engels afirmaron lo mismo para Rusia y el Oriente – antes de ser completamente capitalistas, atravesando por su experiencia colonial, que Marx veía positivamente y era favorable, porque introducía el capitalismo en sociedades pre-capitalistas y preparaba la futura revolución proletaria. Pero, ¿qué era el leninismo? ¿Cómo era posible una revolución proletaria sin el proletariado?

Gramsci explicó con su teoría que algunas veces la voluntad política de un grupo puede adelantarse al proceso económico. En algunas situaciones, la voluntad política puede reemplazar la base económica y transformar la economía para satisfacer todas las condiciones del marxismo – creando artificialmente una clase proletaria del campesinado. La otra teoría es la de Mao, quien reconoció – en contra de Marx – al campesinado como una clase revolucionaria, lo cual era muy honesto y sincero en el caso de Mao, mucho menos en el caso de Lenin, pero Gramsci comprendió esto bien. Gramsci desarrolló la idea de que algunas veces la cultura era más importante que la política. Puedes ser activo en la cultura sin estar ligado a la política, al partido comunista proletario y sin ninguna clase de relación con la política o la economía. Puedes crear una clase pacto histórico. Los intelectuales pueden hacer un pacto con el capital y servir al capital sin ser parte de la burguesía. Puedes estar al servicio del capital. O incluso ser rico, próspero y parte del sistema burgués, o puedes escoger a la clase trabajadora y pelear en contra del capitalismo. Además, la cultura posee la misma autonomía de la política que la política de la economía. Este es el caso de China; ustedes usan el capitalismo para promover su sociedad e ideales.

La hegemonía para Gramsci significa que Occidente y el capitalismo global no solo usan la economía y el mercado, y no solo sus expresiones políticas como la democracia y el parlamentarismo, sino también la cultura. Así que esos intelectuales que hacen el pacto histórico son los peores.

La hegemonía es el primero y más importante fenómeno cultural. Esto significa que no solo se trata de una ideología política, sino de una decisión metafísica. Puedes estar a favor del capitalismo como sistemas, como principio metafísico de la liberación total del hombre de cualquier identidad colectiva, o puedes escoger ser fiel a la clase trabajadora, al país, a la sociedad, a la identidad. Es tu decisión. Nadie puede obligar a un ser humano a servir a los intereses políticos o económicos. Los intelectuales, que representan a toda la sociedad, desde que todos, según Gramsci poseen algo de intelectuales, representan la integridad de la sociedad humana como pensadores profesionales. Pero un intelectual no puede pensar fuera de la elección metafísica entre el capital y la clase trabajadora.

Así que la hegemonía es antes que nada un principio metafísico. Puedes estar del lado de la hegemonía mientras vives en una sociedad socialista, o ser pobre, o ser miembro del partido comunista. La hegemonía es una orientación interna. La hegemonía penetra la sociedad, no solo las estructuras políticas y económicas, sino la mente y el corazón. Es un virus metafísico. La hegemonía es liberalismo metafísico, bajo la cual solo trabajas a su favor.

Ahora finalmente llegamos a la multipolaridad.

Para aclarar que es la multipolaridad, necesitamos hacer algunas oposiciones. La multipolaridad va en contra de la unipolaridad. La multipolaridad se opone al globalismo. La multipolaridad se opone al multilateralismo. La multipolaridad se opone a la hegemonía única. La multipolaridad va en contra de la hegemonía en tres niveles – en lo estratégico, por ejemplo, se opone al dominio militar norteamericano del mundo con bases militares norteamericanas en todas partes excepto en suelo norteamericano. América para los americanos – eso es quizás lo que Trump quiere decir. “Yankee vuelve a casa”. La multipolaridad se opone a la hegemonía ideológica como globalización, liberalismo y derechos humanos. La multipolaridad se opone a la hegemonía en la concepción metafísica de Gramsci, el pacto histórico hecho por los intelectuales. Por último, la multipolaridad es pluriversal – este es un concepto creado por Carl Schmitt. En el universalismo solo existe un único concepto de normas y valores. “Pluriversal” significa libertad de movimiento en distintas direcciones sin una medida única para toda clase de sociedades.

En geopolítica, la multipolaridad también usa el concepto de los Grandes Espacios o Grossraum de Carl Schmitt, y aquí es cuando llegamos al concepto de “polo” en la multipolaridad. ¿Cómo se puede definir un polo? Un polo es un Gran Espacio y una civilización. Un polo no es sólo estratégico o político; está conectada a una civilización como cultura o un tipo especial de sociedad con valores especiales. Al mismo tiempo no es solo una cultura, sino también un espacio estratégico. Además, en el concepto de polo, existen ambos significados: poder e idea. Los niveles ideológicos y culturales y el poder militar están inscritos en un polo en el espacio, en una geografía política y en una geografía cultural al mismo tiempo.

Aquí podemos ver un mapa aproximado de cómo los diferentes grandes espacios deberían o podrían ser en un mundo multipolar. Alguno de ellos ya son polos – como los Estados Unidos de América. El gran espacio europeo podría existir y tiene muchas posibilidades de volverse un polo independiente; China es ciertamente el principal precedente para un polo independiente; y la Rusia de Putin está intentando actuar independientemente de los otros polos. Es muy claro que la soberanía rusa ha sido retomada por Putin. Y existe, por ejemplo, el gran espacio de la India; económica y demográficamente la India posee la posibilidad de convertirse en tal polo. América Latina piensa igual. El mundo islámico intenta, al menos a un nivel teórico, volverse un polo. El gran espacio de África y el pacífico son los menos desarrollados. El “desarrollo” no se utiliza en el sentido cultural civilizacional – todos tienen su propia gran civilización – sino como polo, en el nivel de poder, ellos quizás se vuelvan polos en un futuro sistema multipolar. Este es el mapa del orden mundial multipolar. Ya he mostrado el mapa de los globalistas, el Pentágono y el Consejo de Relaciones Exteriores. Este es el mapa ruso de la multipolaridad.

Pero lo que es más importante, a un nivel práctico, es lo que tenemos ahora, o lo que tendremos mañana, y es una especie de inspiración para la multipolaridad. Podemos ver tres polos aceptados más o menos por el multilateralismo, en su perspectiva globalista – la zona norteamericana, la zona europea y la zona china. Pero como vemos, el multilateralismo es una aproximación oculta de la unipolaridad y piensa que debe haber caos en todas partes fuera de estas tres zonas.

La mayoría de los expertos y analistas Occidentales son completamente parciales, porque la ciencia de las Relaciones Internacionales es parcial y eurocéntrica. Antes de ser aceptado en la comunidad académica, debes hacer tu pacto con el capital. Intentan usar el concepto de gramsciano como una perspectiva del centro – no permitiendo a nadie que no comparta su perspectiva Occidental. Un judío canadiense, Michael Millerman, escribió una tesis filosófica sobre mis ideas, y él fue amenazado con ser expulsado del campo académico y cualquier universidad Occidental porque trataba mis ideas de modo neutral, y no descaradamente. Sus análisis filosóficos eran más o menos neutrales, pero él fue amenazado por la sociedad académica con ser expulsado, porque si tu estas del lado Occidental, debes criticar y satanizar a sus oponentes – esa es la regla normal.

En los análisis políticos comunes, no se reconoce a Eurasia como un cuarto polo – está ausente de todas las descripciones de la realidad futura. Existen diferentes perspectivas para Europa al igual que para China, si acaso esta se convertirá en el mayor enemigo de los Estados Unidos, y existen muchos detalles distintos y puntos de vista diferentes que son aceptados. Pero cuando ellos hablan de Eurasia y Rusia, todos los expertos responden al unísono que “no hay Rusia” o “no habrá un cuarto polo”. Porque si existiera este cuarto polo hoy, la situación de la orden mundial actual cambiaria – no se trata de un orden mundial bipolar, ya que Rusia sigue siendo lo suficientemente grande incluso después de haber perdido la mitad de su territorio y población después del colapso de la Unión Soviética. Con nosotros como un polo independiente es posible que China, Europa y todos los países y civilizaciones puedan afirmarse como polos independientes. Es un punto crucial. Una vez más Rusia está en el lugar correcto en el momento adecuado. Es la clave del mundo multipolar.

Si aceptamos que no existirá más Rusia, sólo un territorio balcanizado, caótico como lo era en la época de Yeltsin, entonces dominará la unipolaridad, la hegemonía y la globalización, y China y Europa serán servidores de la visión multilateralista Occidental. Pero con el cuarto polo, tendremos una situación completamente diferente gracias a la existencia de este cuarto polo, el cual no será universal, no podrá dominar por medio de su hegemonía a China o a Europa – no podemos porque no tenemos una ideología universal o alguna ideología en Rusia. Nuestra debilidad debe ser usada en nuestro favor, porque ahora estamos en una situación en que salvando a Rusia podemos salvar a otros – Europa y China – del dominio Occidental. Sin esto, no seremos capaces de tener un futuro. Es ante todo una perspectiva pragmática.

Con este cuarto polo, tendremos la verdadera multipolaridad, con la oportunidad para la independencia de América Latina, una posible independencia del mundo islámico, una posible independencia de África y la India – todos adquieren la posibilidad de transformarse en un polo y defender su propia civilización. Esta vez, Rusia no propone el colonialismo como en la época de los Zares, ni tampoco alguna ideología. Solo queremos defendernos como una civilización distinta de Oriente y Occidente. En el concepto de multipolaridad, Rusia no es un país o un país Occidental, sino una civilización independiente que es parcialmente Occidental, parcialmente Oriental, pero no es ni Oriental ni Occidental – es una civilización rusa particular.

La aceptación de este cuarto polo cambia toda la imagen. Ahora tenemos la multipolaridad. Teniendo estos cuatro polos podemos ir más lejos y proponer un papel especial para la India, el mundo islámico y América Latina como representantes más o menos de los BRICS.

Aquí podemos ver la diferencia entre el mapa multipolar y el multilateral. Son completamente distintos. Llamó a esto más que un mundo “tripolar” un mundo “cuadripolar” trazando la línea entre los dos órdenes mundiales establecidos en el futuro.

Ahora estamos en una transición. Estamos en un punto de bifurcación en el cual podemos elegir. Nada está garantizado. Estamos viviendo el fin de la unipolaridad, pero no hemos creado todavía el orden mundial multipolar. Es un proceso abierto. Podemos tener éxito o no. Estamos en el medio.

Este estado de cosas es comprendido de un modo más o menos consciente por algunos grupos académicos en el mundo. La llamamos la “teoría del mundo multipolar”. Mi libro en ruso, La teoría del Mundo Multipolar, que ha sido traducido al francés, está en proceso de ser traducido al inglés y ha sido traducido al portugués, español y otras lenguas, presentando esta teoría e intentando elaborar todos los elementos que he explicado juntos.

El Eurasianismo también es desarrollado por nuestro grupo como una filosofía política que insiste en que Rusia no es un país, sino una civilización parte del mundo multipolar. La Cuarta Teoría Política es otra teoría desarrollada por nosotros en Rusia, junto con grupos intelectuales en Francia e Italia, que invita a superar las ideologías políticas Occidentales – el Liberalismo, el Comunismo y el Fascismo. La Cuarta Teoría Política nos invita a ir más allá del liberalismo, a ser antiliberal, pero no siendo comunista, fascista o nacionalista. Está fuera de ellas, porque la Cuarta Teoría Política no reconoce el universalismo de la modernidad Occidental. Para nosotros, se trata de una invitación a provincializar el Occidente, presentándolo como una provincia del mundo y no como el centro. La Cuarta Teoría Política es la expresión de la multipolaridad.

En China el profesor Zhao Tingyang, con su concepto de Tianxia Tixi, ha desarrollado un concepto del modelo espacial chino que no se reduce a un dominio puro por la fuerza, Badoo, sino como Wangdoo, una hegemonía moral y ética. El concepto de wangdoo describe a China no sólo como Estado, sino también otros países que China influencia no de forma directa, una hegemonía estilo Badoo. Esta es una aproximación multipolar muy importante entre los estudiosos chinos. Yan Xuetong es un realista en las Relaciones Internacionales, pero su defensa de la identidad china puede ser vista como parte de la multipolaridad. Al mismo tiempo, no usa el concepto de polo sino el de “unidades”. El famoso Zhao Weiwei hace una defensa muy importante de las particularidades del desarrollo chino. Es la defensa de la identidad china. También esta Qin Yaqing quien aplica a las R.I. una conceptualización de diferentes interacciones, casualidades y órdenes, que forman una clase de “juego”, basados en diferentes factores que pueden ser resumidos en el sistema de adivinación chino.

En Europa existe la escuela de la Nueva Derecha. La Nueva Derecha Europea es antiliberal y anticapitalista, y también incluye Tradicionalistas. No es la clásica “nueva derecha” norteamericana o británica que es liberal. Alain de Benoist es el principal filósofo de esta escuela. Ellos desarrollaron una nueva teoría en la cual Europa es un polo independiente – completamente independiente de los Estados Unidos de América y amigable hacia Rusia. Promueven este punto de vista teórico con el concepto de Pluriversum, ya que son seguidores de Carl Schmitt. Son un grupo de pensadores muy influyentes y muy interesantes.

En América Latina existen varias escuelas multipolares, por ejemplo, la teoría de “la insubordinación fundante” de Marcelo Gullo Omoedo en Argentina. Existe el “Meridionalismo” de André Martin en Brasil, preocupado con el Sur Global, que es muy cercano a la perspectiva eurasiática. También está Norberto Ceresole, quien era un peronista de izquierda y que influyó mucho en Hugo Chávez, siendo su principal ideólogo y un partidario de la unificación del espacio latinoamericano.

Lo que resulta interesante es que existen varias teorías de la multipolaridad que intentan encontrar donde están los polos. Podemos verlo en Rusia, que intenta desarrollar la multipolaridad y afirmarse a sí misma como polo; a China intentando ser cada vez más y más independiente de la hegemonía Occidental; a Europa tratando de desafiar el Atlantismo, la unipolaridad y el dominio norteamericano y también en América Latina. Lo que es extraño es que no encontramos un concepto del mundo multipolar en el mundo islámico. Solo tenemos la versión caricaturesca salafí del Califato que debe ser global, y que es tan imposible como teóricamente inexplorada. Pero la afirmación de la identidad islámica y la aceptación de la realidad del mundo están ausentes – no sé por qué. Mi trabajo ha sido traducido al turco, al persa y al árabe. Existe un gran interés, pero no conozco ninguna construcción teórica seria que defienda la independencia del mundo islámico. Todos en el Islam están a favor de ello, pero no estoy hablando de sus opiniones sino en una construcción teórica. Lo mismo para el caso de la India. India pretende ser un poderoso hegemón del Sur de Asia, pero no existen textos – es una civilización muy profunda y desarrollada metafísicamente, pero no muestra signos de una teoría multipolar.

Así que la teoría del mundo multipolar, la aproximación multipolar, desafía el Eurocentrismo, la Modernidad, el Universalismo y la Hegemonía. Está basada en la premisa de que existen múltiples civilizaciones y se niega a jerarquizarlas. La multipolaridad está basada en el pluralismo antropológico, una evaluación positiva de la diversidad y una nueva lectura del otro. El Otro no es “más o menos lo mismo”, es completamente desconocido para Occidente, para quien el Otro es lo “peor” en su actitud racista colonial tradicional, o en la actitud liberal hacia el Otro va en el mismo sentido. El Occidente carece de una tercera definición del Otro. Los Globalistas dicen que el Otro es exactamente lo mismo que nosotros, mientras que racistas, colonialistas y nacionalistas dicen que son mejores que el Otro. En ningún lugar existe el Otro, porque ambos están completamente obsesionados consigo mismos en una actitud egoísta. Ellos consideran al Otro como lo peor o como lo mismo. Pero, ¿dónde está el Otro? El significado del otro este está perdido.

La teoría del mundo multipolar es un proyecto anti-eurocéntrico para la reprovincialización de Europa, un retorno a la perspectiva Pre-Colombina. Si partimos de la perspectiva precolombina descubrimos que el mundo estaba ordenado por civilizaciones, sin colonialismo o dominio de Occidente. Existían imperios tradicionales – el Imperio Iraní, el Imperio Otomano, el Imperio Ruso, el Imperio Chino, el Imperio Árabe. Todos están en su perfecto lugar desde un punto de vista de las civilizaciones, pero la Modernidad Occidental impuso al planeta el colonialismo y su dominio. La separación entre América y Europa es parte del mundo multipolar como una clase de retorno al mundo precolombino. Hoy, en Siria, los antiguos imperios han resurgido – lo vemos en el ascenso de Irán, de Turquía y también en Rusia y China. Es un signo del regreso al mundo precolombino.

La teoría de la multipolaridad es anti-moderna porque la modernidad es Occidental. Podemos decir que proponemos una alternativa a la modernidad o una alter-modernidad, pero no estamos de acuerdo con que la modernidad es el destino. La Modernidad fue una elección de la sociedad y la civilización Occidental que llevó a la catástrofe. Tal vez fue el camino del destino histórico de Occidente, pero no es nuestro destino. La Modernidad es un concepto Occidental. La teoría del mundo multipolar es el rechazo de los principios de la Ilustración. La Ilustración es una opción. Aquí sugiero leer al autor francés René Guénon, un francés católico de nacimiento, un filósofo que se convirtió al Islam en el Cairo y que pasó el resto de su vida ahí, entrando en una orden sufí. Es uno de los más grandes autores, el fundador de la escuela Tradicionalista, con una crítica radical a la modernidad y al universalismo Occidental. También recomiendo la lectura de Évola.

Finalmente, la teoría del mundo multipolar es contra-hegemónica. La teoría del mundo multipolar cree que los principales actores no son los Estados, sino las civilizaciones. Las relaciones entre las civilizaciones son consideradas más o menos desde una perspectiva realista, pero la principal diferencia entre el realismo y la multipolaridad consiste en esto: la teoría multipolar versa sobre civilizaciones y Grandes Espacios, no con Estados como el realismo. Pero afirma la soberanía de la civilización. En la teoría multipolar hay un cambio de la soberanía de los Estados a la soberanía de las civilizaciones, por lo cual se aplica el realismo a diferentes sujetos. Un polo es un Gran Espacio civilizacional.

La geopolítica de la multipolaridad implica otro cambio en nuestro entendimiento de la geopolítica. La geopolítica clásica piensa en términos del Poder del Mar, representado por Occidente y el Poder de la Tierra, representado por el Heartland, Rusia. Ahora el Poder del Mar, en la geopolítica de la multipolaridad, es unipolar, hegemónico y globalista, pero el Poder de la Tierra no es únicamente el Heartland. El Poder de la Tierra es todo sistema de polos excepto los Estados Unidos. Todo mundo es Heartland en algún sentido simbólico. No es una geopolítica bipolar, sino una geopolítica multipolar que considera un Poder de la Tierra a toda civilización tradicional. La Tierra, en la interpretación de Carl Schmitt, es primero que todo la tradición, las raíces, el espacio fijo que es el espacio vivo civilizacional. Este es un cambio muy importante en el concepto de Poder de la Tierra en la versión de la geopolítica multipolar.

Aquí podemos ver las civilizaciones que corresponden más o menos a los Grandes Espacios y el análisis estratégico. El Eurasianismo y la Cuarta Teoría Política son parte de esto.