La necesidad de crear un movimiento contrahegemónico mundial

Traducción de Juan Gabriel Caro Rivera
El filósofo ruso Alexander Dugin explicó qué es la contrahegemonía en las relaciones internacionales, especialmente si tenemos en cuenta que este problema lo podemos ver directamente plasmado en los acontecimientos históricos. Dugin sostuvo que en ese sentido Gramsci fue mucho más visionario que los marxistas soviéticos. Además, el filósofo ruso dice que el principal problema que nos dejó Gramsci es el de desarrollar el concepto mismo de hegemonía. Sin embargo, hoy en día tanto el gramscismo de izquierdas como el de derechas son incapaces de hacer frente a la situación internacional debido a que carecen de un marco geopolítico desde el cual proyectarse. Es por eso que vemos cómo los poderes hegemónicos actuales utilizan y manipulan tanto a la derecha como a la izquierda con tal de que estas se enfrenten entre sí.
Otro ponente ruso, Leonid Savin, habló acerca del problema de la hegemonía según las diferentes teorías que existen sobre este tema en las ciencias sociales y las diferentes maneras en que han sido concebidas por varios autores. Según Savin, una primera teoría sobre la hegemonía (Heinrich Tripel) dice que esta es una forma de poder que se sitúa entre la mera influencia y la dominación abierta. Existirían dos formas de hegemonía: una endógena y otra heterógena, siendo esta última muy compleja. También existen formas de hegemonía egoístas y altruistas. La hegemonía egoísta se basa en motivos egocéntricos, mientras que la hegemonía altruista es mucho más equilibrada. Otro académico (William Robertson) cree que han existido diferentes tipos de hegemonía de acuerdo al contexto histórico y a las transformaciones que ha sufrido el capitalismo global a lo largo de la historia. Aquí es donde se sitúan las teorías sobre la hegemonía internacional, el Estado, el consenso, etc… Un Estado que sea capaz de dominar todos estos diferentes tipos de hegemonía se vuelve indetenible. Por supuesto, existen muchas otras teorías políticas además de las expuestas.
El griego Spyros Marketos intentó exponer el cómo la Nueva Derecha y la Nueva Izquierda han analizado el fracaso del liberalismo, y su discurso se centró sobre todo en cómo se ha ido construyendo un movimiento contrahegemónico en Europa desde el 2020. La crisis del COVID ha causado un aumento de las tensiones internacionales y esto ha afectado tanto internamente como externamente a muchos países. Todo ello ha influido directamente en los proyectos políticos actuales, que han terminado por adoptar un cariz conservador o liberal. Marketos considera que la derecha carece de un proyecto hegemónico definido y de hecho ni siquiera se preocupa por crearlo, a diferencia de la izquierda. Sin embargo, debe tenerse en cuenta que los movimientos de derecha de hoy son los que más protegen los derechos y las libertades de los pueblos, algo que ha sido abandonado por la izquierda. Afortunadamente, la pandemia le ha permitido a la izquierda y a la derecha reposicionarse con respecto a diversos temas, ya que los políticos liberales han sido marginados en todas partes. Finalmente, Marketos abordó el problema de la disyunción izquierda-derecha, llegando a la conclusión de que, a pesar de que muchos consideran que no existe, esto no es cierto y que en realidad tanto la derecha como la izquierda poseen valores y objetivos completamente diferentes.
El italiano Marco Ghisetti hizo una ponencia sobre las diferencias entre los poderes marítimos y terrestres a la luz del pensamiento neoclásico y la contrahegemonía. Ghisetti dice que la perspectiva neoclásica concibe el orden geopolítico moderno como una lucha por el poder, siendo estas las coordenadas que nos permiten pensar los fundamentos de todo proyecto contrahegemónico. La geopolítica es ante todo una disciplina que estudia el impacto de la geografía en la política, ya que esta explica cómo el espacio influye en las relaciones de poder: el entorno afecta nuestras decisiones. El enfoque neoclásico de la Hegemonía nos resulta bastante útil para comprender los mecanismos que usa Estados Unidos para ejerce su poder y urgente de necesidad de promover un proyecto de integración y unificación real en toda Eurasia.
El belga André-Hans von Bremen hizo una breve síntesis de su trilogía Norlandia, un proyecto destinado a reconfigurar toda Europa del Norte según los lazos históricos y culturales locales. La trilogía de Norlandia propone la Reconquista hanseática del Norte de Europa, es decir, de un espacio que se extienda desde Brujas hasta Novgorod. André-Hans von Bremen dice que la triada japonesa de Soka Gaaki (1) fue la que le inspiró a emprender semejante trabajo y por eso creo una ideología pan-nórdica coherente la cual consignó en su trilogía, incorporando las raíces históricas de los pueblos a un proyecto pro-hanseático de regeneración de la identidad que estuviera en consonancia con la visión económica de Renania y Mondragón, es decir, una recuperación de la tradición y la cultura solar del artesanado de Gotland. El modelo renano ha sido impulsado por los franceses desde 1991, justo después del colapso del comunismo. Por ejemplo, Albert Michel promovió la creación de un capitalismo constructivo enmarcado en una visión de largo plazo y que tuviera una dimensión social explicita sobre un modelo nuevo y diferente.
El ruso Evgeny Balakin habló sobre los Desvaríos de la Razón argumentando que la racionalidad debería primar sobre la intelectualidad. Según Evgeny Balakin, cuando abordamos el problema de la contrahegemonía es necesario hacer énfasis en el problema de la cultura, especialmente si tenemos en cuenta que Gramsci habla de que existen dos tipos distintos de intelectuales: los intelectuales orgánicos y los intelectuales tradicionales. El intelectual orgánico es progresista y se caracteriza por utilizar imágenes y conceptos modernos, mientras que el intelectual tradicional siempre se aferra a los sistemas antiguos o vetustos. Balakin recuerda que Gramsci considera al intelectual tradicional como un reaccionario y es por eso que es necesario crear un tipo distinto de intelectual que sería el intelectual tradicionalista. Este último sería el portador de las ideas contrahegemónicas.
El autor turco Çelil Aktaş centró su exposición en el resurgimiento de los Poderes Telúricos, explicando que estos tienen raíces orgánicas que emanan de la misma tierra. En cambio, los Poderes Marítimos se caracterizan por ser países que carecen de cualquier lazo con el territorio y simplemente conciben la tierra como un territorio del cual se pueden extraer recursos. Las identidades telúricas siempre han predominado en la India, China y la mayor parte de Eurasia. Esta realidad fue la predominante hasta el nacimiento de la época moderna y podemos decir que la economía mundial gravitaba alrededor del mundo asiático. Cada uno de estos pueblos tenía su propio territorio y valores diferenciados, pero se encontraban relacionadas por medio de políticas, infraestructuras, sistemas de comercio, finanzas y lazos filiales. Es por eso que las nuevas iniciativas eurasiáticas que hoy existen tienen antecedentes históricos, en especial todo lo que tiene que ver con la integración financiera. Es muy probable que el resurgimiento de estos pueblos renueve su autonomía y les permita dominar la economía global en un futuro cercano.
El ruso Andrei Zworykin expuso la relación implícita entre los arquetipos de Ernst Jünger y las figuras intelectuales de Gramsci. Zworykin sostiene que la filosofía de Jünger esta basada en los arquetipos y que cada uno de estos puede ser asimilado a las figuras intelectuales estudiadas por Gramsci. Por ejemplo, el arquetipo del Trabajador hace referencia a como cada miembro de la sociedad se convierte en un fiel servidor de la tecnología, arquetipo que se corresponde perfectamente con el concepto de la Hegemonía usado por Gramsci. Sin embargo, el intelectual no terminó por realizar su esencia dentro del mundo del Trabajador y en lugar de eso devino un individuo. Jünger llegó a decir que cada época tenía su propia Gestalt, siendo el paso del trabajo humano al trabajo mecánico una de sus expresiones. El arquetipo del Anarca, enraizado en las identidades colectivas antiguas, es asimilable al sujeto radical y al tradicionalismo. Zworykin concluye que en un futuro cada pueblo creará su propio arquetipo de Anarca tradicionalista y esta Gestalt dará nacimiento a una Nueva Era.
El macedonio Goran Sumkoski se dedicó a exponer las posibles alternativas ideológica que podrían reemplazar a la actual hegemonía neoliberal, la cual ha quedado deslegitimida. Sumkoski dice que la Hegemonía se ha derrumbado y está siendo cuestionada desde todos los ángulos. La historia demuestra que toda Hegemonía siempre ha sido impuesta por los poderes de facto y lo mismo ha sucedido con la actual Hegemonía neoliberal, que cada vez está más destartalada, pues principios como la libertad personal, el bienestar económico y las elecciones democráticas han sido cuestionados por sus mismos representantes. Debido a la fractura que han sufrido estos tres últimos principios en los años recientes, podemos concluir que los mismos fundamentos de la Hegemonía se han hecho pedazos. Ahora bien, según las teorías desarrolladas por las relaciones internacionales podemos concluir que nos acercamos al fin de la Hegemonía global tal y como la conocemos. Sumkoski también está de acuerdo en que se continúen usando las categorías de derecha e izquierda, pero tales categorías se están volviendo inadecuadas para entender lo que sucede actualmente en el mundo.
El alemán Tobias Pfennig se dedicó a exponer los planes de la Agenda 2030, afirmando que la clase dominante actual intenta crear una ideología que le permita justificar el statu quo social, político y económico que hoy existe como si se tratara de un orden natural, inevitable y benéfico. Es por eso que la clase dominante se dedica a manipular la cultura de nuestra sociedad con la intención de convertirla en una cosmovisión que sea impuesta sobre toda la sociedad, algo que se ha logrado gracias a que los ricos tienen bajo su control las estructuras financieras y políticas, y ni hablar de los medios de comunicación. Todo esto ha llevado a que poco a poco la clase trabajadora deje de ver al liberalismo, el globalismo y el capitalismo como elementos hostiles a sus intereses y en vez de eso lo conciban como una realidad cotidiana insuperable. Esto ha llegado al punto de que los trabajadores han terminado por aceptar que el statu quo actual siempre ha existido y seguirá existiendo por toda la eternidad. Pfennig considera que la crisis que desató el coronavirus ha acelerado el nacimiento de una nueva clase de Hegemonía mundial, la cual podemos encontrar en la Agenda 2030 y que es el preludio del Nuevo Orden Mundial.
El intelectual nicaragüense Jorge Capelán se dedicó a analizar los conceptos de contrahegemonía/multipolaridad desde la perspectiva de los “pueblos sin historia”, llegando a la conclusión de que la hegemonía y la contrahegemonía son dos caras de la moneda y por eso es necesario que el mundo busque otras alternativas de desarrollo que nos permitan superar la pobreza. Capelán dijo que el debate sobre las raíces del socialismo latinoamericano tiene más de 100 años, sin embargo, la confusión que existe dentro de los movimientos de izquierda en todo el mundo es realmente enorme, mientras que ahora nuestra civilización se halla al borde del colapso. Capelán dice que, desde una perspectiva tercermundista, la periferia quiere deshacerse del imperio global, pero es necesario ponernos de acuerdo en ciertos objetivos y problemas que enfrentamos, respetando siempre la soberanía y la identidad de los pueblos.
El serbio Bobana Angelkovic explicó que la contrahegemonía es una especie de etapa intermedia entre la Hegemonía mundial y la multipolaridad, diciendo que “los soldados sin formación política o ideológica han terminado por convertirse en criminales en potencia”. Lo que hoy se entiende por ideología no es otra cosa que una forma de excepcionalismo político y axiomático que ha sido impuesto a todos nosotros por poderes de facto, pero en el fondo ninguna de estas ideas se halla fundada en principios estables. Esto ha llevado a que en la actualidad sea imposible diferenciar entre el soldado y el terrorista. Los sistemas internacionales actuales han adoptado un discurso que carecen de cualquier forma de sentido común, con ideas poco definidas y que defienden posturas políticas ambiguas. Es por eso que uno de los elementos más importantes del pensamiento contrahegemónico debe ser la preservación o el retorno a la soberanía de los Estados nacionales, el cual ha sido destruida por la globalización. Este regreso a la soberanía debe ser logrado mediante un consenso muy amplio amparado por la sociedad.
Todas las presentaciones resultaron muy interesantes y diferentes, siendo cada uno de los temas expuestos tratado de una forma bastante diferente. Sin duda, estas ideas despiertan un vivo interés en cada uno de los trabajos elaborados por cada ponente. Esta serie de conferencias nos permiten comprender mucho mejor que es la Hegemonía y los procesos políticos que se han desarrollado debido a la crisis desatada por el coronavirus.
Notas del Traductor:
1. Soka Gakkai es un movimiento religioso budista de origen japonés, basado en las enseñanzas de la escuela budista Nichiren Daishonin. Se trata de una de las religiones contemporáneas niponas con más practicantes, así como uno de los grupos más relevantes dentro del budismo Nichiren. Basa sus enseñanzas en una interpretación de la sutra del loto, invoca el Nam Myōhō Renge Kyō y aboga por «la paz, la cultura y la educación» en la sociedad.