LA CAPUCHA BLANCA: LA LEGITIMIDAD DE UNA MISIÓN UNIVERSAL
La primera parte de “El cuento de la capucha blanca de Nóvgorod” hace referencia a su origen. No dice como el emperador romano Constantino el Grande fue convertido al cristianismo por el papa Silvestre (?- 335). En la tradición católica se habla de cómo el emperador Constantino sintió una especial gratitud por el Papa Silvestre después de haberlo curado de forma milagrosa. Ello hizo que Constantino reconociera a Cristo como Dios. Fue a partir de esta historia que surgió la idea de la “donación de Constantino”. “La donación de Constantino” fue interpretada como el hecho de que Constantino le transfirió la autoridad del Imperio Romano de Occidente al Papa Silvestre. Según esta leyenda, después de que Constantino hizo esta donación, se fue al Imperio Romano de Oriente y fundó una nueva capital en Bizancio. “El cuento de la capucha blanca de Nóvgorod” se encuentra entrelazado con esta leyenda católica, pero le agrega un detalle importante: a Constantino se le aparece en un sueño un ángel que le ordena, como muestra de agradecimiento al Papa Silvestre, coser una “capucha blanca”; la capucha blanca es un símbolo que hace referencia a un poder puramente espiritual que luego le es entregado al obispo de Roma. El color blanco de la capucha significa la luz celestial pura y es un símbolo de carácter apolíneo. En el texto que nos narra esta historia la capucha es interpretada como un símbolo de la “brillante resurrección del mismo Cristo”.