Islam

Tradición e Islam

El Islam está conectado directamente a la Tradición. Es un hecho indiscutible. Y este hecho debe ser reconocido por los tradicionalistas. El Islam está activo y en favor de una sociedad tradicional. Esto debe ser apoyado. Pero el Islam no representa la tradición sólo él. La tradición puede [también] ser no-islámica. Si los musulmanes aceptan eso y aceptan los términos de la multipolaridad, entonces un diálogo activo y una cooperación estrecha, incluso en el ámbito militar, deben ser alentados para oponerse al mundo posmoderno y alAnticristo/Dajjal. Si nos enfrentamos a una versión protestante contemporánea innovadora y comprometida del universalismo y del exclusivismo, bajo la máscara de la defensa del “Islam puro”, habrá que hacer un esfuerzo prudente y serio para deshacer este nudo geopolítico y metafísico, para reanudar el hilo de una manera u otra. La islamofobia es un mal, pero un mal puede ser también la actividad en favor de la “islamización” [y] que se presenta bajo la bandera del “Islam puro”. Cada uno debería seguir su tradición. Si no lo logramos, entonces la culpa debe ser puesta sobre nosotros, no sobre la Tradición. A un nivel puramente individual la elección es posible, pero ver a los rusos convertirse en masa al Islam me repugna, porque buscan el poder fuera de sí mismos y de su tradición y son por lo tanto enfermos, débiles y cobardes.

Alianza de los musulmanes y los cristianos ortodoxos

Los cristianos ortodoxos actuales son originarios del Imperio Bizantino, conocido en el Islam con el nombre de Rum.

Los Rum (o cristianos bizantinos) fueron mencionados en el Corán en la Sura Rum. A continuación, se dividen en dos polos diferentes de cristianismo. Cristianos católicos en Occidente que eligieron Roma (el Vaticano) como sede, y los cristianos ortodoxos del este, que optaron por Constantinopla (actual Estambul), y más específicamente, la Catedral de Santa Sofía, como asiento.

Esta catedral funcionó durante mucho tiempo como sede de la ortodoxia cristiana hasta la caída del último emperador bizantino, Constantino XI Paleólogo, cuando la toma de Constantinopla por el sultán otomano Mehmet II. De ser la sede Ortodoxa, la antigua Catedral de Santa Sofía fue transformada en mezquita por los otomanos; los cristianos ortodoxos  trasladaron su sede y su Patriarca a Moscú, que así se convierte en la nueva sede de la cristiandad ortodoxa.