Empire

LA CAPUCHA BLANCA: LA LEGITIMIDAD DE UNA MISIÓN UNIVERSAL

La primera parte de “El cuento de la capucha blanca de Nóvgorod” hace referencia a su origen. No dice como el emperador romano Constantino el Grande fue convertido al cristianismo por el papa Silvestre (?- 335). En la tradición católica se habla de cómo el emperador Constantino sintió una especial gratitud por el Papa Silvestre después de haberlo curado de forma milagrosa. Ello hizo que Constantino reconociera a Cristo como Dios. Fue a partir de esta historia que surgió la idea de la “donación de Constantino”. “La donación de Constantino” fue interpretada como el hecho de que Constantino le transfirió la autoridad del Imperio Romano de Occidente al Papa Silvestre. Según esta leyenda, después de que Constantino hizo esta donación, se fue al Imperio Romano de Oriente y fundó una nueva capital en Bizancio. “El cuento de la capucha blanca de Nóvgorod” se encuentra entrelazado con esta leyenda católica, pero le agrega un detalle importante: a Constantino se le aparece en un sueño un ángel que le ordena, como muestra de agradecimiento al Papa Silvestre, coser una “capucha blanca”; la capucha blanca es un símbolo que hace referencia a un poder puramente espiritual que luego le es entregado al obispo de Roma. El color blanco de la capucha significa la luz celestial pura y es un símbolo de carácter apolíneo. En el texto que nos narra esta historia la capucha es interpretada como un símbolo de la “brillante resurrección del mismo Cristo”.

La Misión de Julius Evola por Alexandr Dugin

 Evola es una figura paradigmática del tradicionalismo, junto con Guénon. Cuanto más tiempo pasa, más impresionante nos resulta. Ninguno de los guenonianos –  Burkhardt, Valsan, Schuon, dejando de lado los menos importantes – podrían siquiera comparase con Evola. Los guenonianos se están volviendo algo común, se han vuelto conformistas, o masones, o han caído en la debilidad mental de la “nueva era”, pero el caso de Evola se mantiene como un monumento del espíritu en estos tiempos oscuros.

Tan pronto como los regímenes de la tercera posición se vuelven cosa del pasado, somos menos conscientes del funcionamiento de los partidos y aun de los líderes de esos partidos, y las figuras como Evola brillan más fuerte. Y esto va en aumento. Después de 20 años se dirá que Hitler y Mussolini eran figuras políticas que vivieron en la era de Evola y Heidegger y se dividieron (en un nivel primitivo, y parcialmente) sus ideas.

Barón Unger: El dios de la guerra

El final. Traición. Ungern fue capturado por los rojos. El general Blücher había ordenado que Ungern fuera tratado como un oficial soviético. Los Guardias Rojos lo llevaron al puesto de mando de la compañía del comité militar revolucionario del Yenisei.
Blücher se reunió personalmente con Ungern y le propuso unirse a los bolcheviques. Ambos hablaron en alemán. Blücher habló de los eurasianistas, el nacional-bolchevismo y una línea especial en el liderazgo soviético, nacional, que estaba recubierta superficialmente con “fraseología marxista”, y que se esforzaba por construir un estado gigantesco, continental y tradicionalista no solo en Mongolia, sino en toda Eurasia. Blücher le prometió al Barón plena amnistía y una posición alta. Al mismo tiempo, en un departamento secreto de la OGPU, encabezado por el martinista Gleb Boki, se estaban desarrollando planes para una expedición al Tíbet, para la transformación del espíritu bolchevique en un nuevo tipo de realidad espiritual.

El águila bicéfala, el arcano imperial y la Tercera Roma

Occidente, monstruo enfermo que goza de buena salud, merece morir. Desencantado y cínico, esta parte del mundo nos encuentra errantes y sin justificación. A fin de cuentas, ¿quienes somos nosotros para dar lecciones de moral y buenas costumbres? 

Autoproclamados como el “Imperio del Bien”, nuestra bondad bien merece un bostezo cuando no un vómito.

Desprovistos de dioses y destino, ya no hay misión que nos conmueva. Ninguna conquista podrá ya saciar nuestras naderías, y ello porque carecemos de absoluto. Difícil tarea le toca al Occidente atlantófilo, al querer jugar al imperialismo careciendo de horizontes metafísicos contra zares de fuste.

EUROPA HASTA VLADIVOSTOK

A pesar de no ser más grande que un pañuelo, Esparta tenía gran vitalidad desde el punto de vista histórico; vitalidad, ante todo, en su aspecto militar. Sus dimensiones y sus recursos eran suficientes para contener un ejército capaz de ganarse el respeto de todos sus vecinos. Aquí nos acercamos al problema capital de la vitalidad de los Estados. La ciudad-Estado histórica fue sustituida por el Estado territorial. El Imperio Romano tomó el lugar de Atenas, Esparta y Tebas. Y sin esfuerzo (2)
Hoy, la vitalidad histórica del Estado depende de su vitalidad militar, que a su vez depende de la vitalidad económica; lo que conduce a la siguiente alternativa. Primera hipótesis: los Estados territoriales son forzados a convertirse en satélites de los Estados continentales. Francia, Italia, España, Alemania o el Reino Unido, representan solo la ficción de Estados independientes. Desde hace tiempo, desde 1945, todos estos países se han convertido en satélites de los Estados Unidos de América. Segunda hipótesis: estos estados territoriales se transforman en un único Estado continental: Europa.