Esperando a Iván el Terrible
En primer lugar, es necesario comprender que existe dentro de la Ortodoxia una especie de sinergia entre dos formas distintas de ver el mundo – la precristiana y la cristiana – que se superponen la una sobre la otra sin entrar en conflicto. Figuras y fenómenos muy distintos acaban por superponerse los unos sobre los otros de forma indolora e incluso armoniosa. La relación entre estos dos modelos es mucho más conflictiva en el caso de Polonia debido al catolicismo, pues este último constituye una tradición muy diferente a la Ortodoxia. René Guénon distingue entre la tradición y la religión. La tradición es un concepto que abarca muchas más cosas que la religión. La Ortodoxia es una tradición, mientras que el catolicismo es una religión. La tradición tiene la capacidad de absorber elementos de otras creencias religiosas sin ningún problema. En cambio, la religión entra en conflicto con otras creencias religiosas. Este problema tiene su origen en las diferentes experiencias históricas que han atravesado las Iglesias de Oriente y de Occidente después de haber ocurrido el Gran Cisma. Podemos decir que Occidente no siempre fue una sociedad estrictamente religiosa, es decir, católica, y sin duda hubo un momento donde fue mucho más tradicional y cercano a la Ortodoxia. Sin embargo, el catolicismo se fue apartando de la tradición una vez que aconteció el Gran Cisma y terminó por irse convirtiendo en una religión. O al menos eso es lo que pensamos desde nuestra tradición bizantina.